Dice Sebastián Chilano: "Edmundo Wilson escribe sus memorias. Una vida dedicada de servicio a cargo del Ministerio de Festejos y Protocolos en una isla tan remota como reconocible que puede ser caribeña o africana, pero que se define como una vecina mediterránea de la Grecia actual. Nada en la vida de Wilson ha sido burocrático o simple; todo estuvo lleno de aventuras y no conoció de imposibles, salvo el del amor. Su trabajo, sí, fue parte de una herencia familiar, ya que tres generaciones pasaron por el ministerio para complacer caprichos de reyes, hijos y entenados. De todas sus andanzas, el buen ministro centra sus memorias en contar las desventuras que atravesó para cumplir el pedido particular del príncipe heredero con motivo de su cumpleaños: contratar al lejano y ermitaño maestro Ingmar Varlov, el mejor (y por tanto más esquivo) violinista del mundo, autor del célebre Rasgueo endiablado.
En Wilson, novela de Mauro De Angelis, no hay respiro. De Angelis no escatima peripecias para su personaje, no le teme al humor ni a llevar la imaginación más allá de lo impensable y todo sin perder la calma ni la coherencia en una historia que termina siendo perfecta. Perfecta en el lenguaje, perfecta en su tono y emoción."
Dice Sebastián Chilano: "Edmundo Wilson escribe sus memorias. Una vida dedicada de servicio a cargo del Ministerio de Festejos y Protocolos en una isla tan remota como reconocible que puede ser caribeña o africana, pero que se define como una vecina mediterránea de la Grecia actual. Nada en la vida de Wilson ha sido burocrático o simple; todo estuvo lleno de aventuras y no conoció de imposibles, salvo el del amor. Su trabajo, sí, fue parte de una herencia familiar, ya que tres generaciones pasaron por el ministerio para complacer caprichos de reyes, hijos y entenados. De todas sus andanzas, el buen ministro centra sus memorias en contar las desventuras que atravesó para cumplir el pedido particular del príncipe heredero con motivo de su cumpleaños: contratar al lejano y ermitaño maestro Ingmar Varlov, el mejor (y por tanto más esquivo) violinista del mundo, autor del célebre Rasgueo endiablado.
En Wilson, novela de Mauro De Angelis, no hay respiro. De Angelis no escatima peripecias para su personaje, no le teme al humor ni a llevar la imaginación más allá de lo impensable y todo sin perder la calma ni la coherencia en una historia que termina siendo perfecta. Perfecta en el lenguaje, perfecta en su tono y emoción."